jueves, 5 de junio de 2008

Al ras del piso.

Mientras yo iba rumbo a la fiambrería, un vagabundo estaba parado frente a la verdulería pidiendo comida cuando yo pasé por delante de él.
En el momento que paso por al lado de él, una uva se desprende de su racimo, rueda a
través de las baldosas y se detiene chocando con su ojota sucia. El tipo jamás supo del hecho.

Yo
seguí mi camino rumbo a la fiambrería.

Cuando vuelvo, veo al vagabundo caminando errante sobre la vereda de la misma
verdulería. Y en el momento en que paso a su lado advierto que, sin ninguna duda involuntariamente, realiza un paso tan certero que aplasta la uva contra la baldosa fría de cemento, esparciendo su jugo por fuera de los límites del humilde calzado.

Yo fui elegido para presenciar la
liberación y posterior muerte de esa uva, que eligió ofrecer sus entrañas a alguien que estaba tan ocupado pensando en la miseria que no pudo verla y la mató.

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